CUARTO MILENIO – Programa 19×05 – 8/10/2023
El Castillo de la Adrada – Los malditos: Códex Gigas – El Oppenheimer español

IN SITU: EL CASTILLO DE LA ADRADA
Multitud de trabajadores del castillo de La Adrada, en Ávila, han sido testigos de fenómenos extraños en el interior de estas dependencias medievales: luces que se encienden y apagan solas, sonidos de pasos en la zona más antigua de la construcción y la aparición recurrente de una figura femenina en la segunda planta.
Incluso algunos visitantes han hablado de esta mujer que deambula por un corredor muy concreto.
El equipo de Cuarto Milenio, con Iker Jiménez y Carmen Porter a la cabeza, se ha desplazado hasta el castillo para realizar una noche de investigación, perimetrando con cámaras y micrófonos de alta sensibilidad cada zona de la fortaleza, tratando de ser testigos de alguno de estos fenómenos.
Además, Iker Jiménez ha realizado una experiencia de aislamiento en una de las zonas más incómodas del castillo: la antigua mazmorra, ubicada a varios metros de profundidad.

LOS MALDITOS: CÓDEX GIGAS
El periodista y escritor Juan Soto Ivars regresa con sus “malditos”. Esta semana nos trae la historia del Códex Gigas, una obra medieval de gran envergadura, no solo por sus dimensiones, sino porque es una de las maravillas del mundo. Escrito por un monje, es una obra de arte de caligrafía, de dibujo, de tinturas… perfectamente conservado. Contiene la Biblia en versión Vulgata y otros textos raros. Aspiraba a ser el depósito del conocimiento humano.
Sin embargo, en una página, contiene una ilustración del diablo, por lo que, desde antiguo, ha arrastrado una leyenda negra y ha sido objeto de robos, traslados y desapariciones. Se dice que el autor lo hizo entero en un día para evitar ser empalado, y que necesitó hacer un pacto con el diablo para conseguirlo.

EL OPPENHEIMER ESPAÑOL
Antonio Meulener Verdeguer (1861-1912) fue un militar e inventor español. Ingresó en la Academia de Infantería de Toledo en 1877, destacando como alférez. A lo largo de su carrera, cambió de destinos con frecuencia y dedicó su tiempo libre a la investigación en balística, química y metalurgia. En 1885, presentó un innovador aparato llamado «bastón de Meulener» para levantamientos topográficos. También se desempeñó como ayudante de profesor en la Academia General Militar, pero su salud frágil lo llevó a solicitar licencias y bajas. Realizó experimentos con un explosivo llamado «Tóspiro», que parecía ser altamente potente. Tras realizar pruebas devastadoras, Meulener murió debido a la exposición a gases tóxicos, llevándose consigo sus fórmulas. Su historia se conoce principalmente a través de un artículo de 1953 escrito por el general Bermúdez de Castro.